EL REZO SILENCIOSO DE LOS ÁRBOLES
Cuando los árboles le rezan llorando
a cualquier Dios benevolente
los frutos que penden
entre sus envejecidas brancas
suspiran alicaídos
al escuchar entristecidos
un profundo y melódico llanto
¿ Por cuántas tristezas llenas
de una primavera jamás acontecida
lloran…?
Más parecieran propias de líbidos hijos
sus lágrimas
que de retoñadas hojas en novedosos verdes
en avejentados amarillos
o en ocres tierras ajándose silvestre
No es el momento adecuado
para que las aves
alejadas de sus letárgicos vuelos
candidamente de nuevo enamoradas
busquen para anidarse sus cálidos cobijos
entre las reverdecidas frondas noveles
o entre las entristecidas y frágiles ramas
Puede que la madre de los tiempos
apure las medras de sus hijos
cultivándose en espejos clamorosos
como de plenos amaneceres sembrados
o que se apergamine
como experimentadas auroras
clarividentes y sabias
entre los imposibles segundos transcurridos
desde el inicio de la primavera complaciente
hasta el fenecimiento culminante del verano…
¿ Cuánta sequía nos espera
sin tus bondades en lluvias,
Invierno ?
No pretenderás que esperemos
que la inconstancia infantil del Otoño
nos riegue.
Y es por eso que nos estamos llorando
siempre a destiempo
Porque mientras
tanto te estamos esperando
ni una solitaria gota del despiadado cielo
nos llueve....ni aún queriéndonos tanto .....
.